Como no tengo mucho tiempo, trato d publicar una entrada desde el móvil. Para aprovechar un ratito de esos en que es obligado estar pero que no se sabe muy bien para qué. Pero bueno, yo aquí estoy. Waiting. Muerta d sueño, viendo pasar los segundos lentamente, tan lentamente que pareciera que el tiempo se hubiese detenido. Pero levántate, muévete, haz algo... Veràs cómo, de forma inmedita, algo o alguien requiere de tu presencia inmedita, de tus servicios, de tu información, de tu sello, tu fecha y tu tickect. Es impepinable. Respirar es tu única opción. Trata de hacer algo más y verás cómo ni respirar te estará permitido...
SAETAS CON AGUIJÓN
Subscribo la frase de Carles Francino: "A los periodistas nos gusta ver lo que no quieren que veamos,nos gusta estar donde no quieren que estemos", y añado:"Nos gusta contar lo que no quieren que contemos". María Pérez Ubiera.
BLOG PERIODÍSTICO Y CULTURAL CENTRADO, FUNDAMENTALMENTE, EN LA PUBLICACIÓN DE ARTÍCULOS DE OPINIÓN SOBRE TEMAS DE ACTUALIDAD ELABORADOS POR MARIA PEREZ UBIERA.
lunes, 27 de julio de 2015
miércoles, 22 de octubre de 2014
'Defecando' con el cerebro
Me gustaría escribir una entrada irracional, salida directamente del alma, de las entrañas, sin pasar por la parte racional del cerebro. Sería una entrada sincera, desgarradora, tierna y cruel a la vez. Dejaría a un lado la ortodoxia y la coherencia. Volcaría en ella mis miedos, mis odios, mis penas. Mataría verbalmente a mucha gente, sin nombres, tal vez sin pistas de su identidad. A otros los elevaría al máximo nivel de admiración, porque han hecho méritos para ello.
Sin embargo, no voy a hacerlo. No voy a escribir esa entrada maldita, esa entrada que me piden la sangre, la pasión, las lágrimas injustamente lloradas, las risas tantas veces ahogadas...
¿A quién no le ha dolido el alma un millón de veces? ¿Quién ha pasado por este mundo sin haberse reído a carcajadas un millón de veces más? Y todo pasa, al final.
¿A quién no le ha dolido el alma un millón de veces? ¿Quién ha pasado por este mundo sin haberse reído a carcajadas un millón de veces más? Y todo pasa, al final.
Por eso, una vez más voy a callarme, a reprimirme, a morderme la lengua, a atarme las manos para no teclear lo que siento, lo que remueve mis vísceras, lo que me desgarra, lo que me ilusiona, incluso. ¡Qué más da!
Seguiré escribiendo con lógica, seguiré una estructura coherente, un perfecto desarrollo de ideas. Seré profesional. Es lo que procede, según parece. Y no seré del todo yo: María. Seré la aspirante a periodista, la escritora de prosa, la cuerda, la cabal... Pero ¿no es cabal sentir, desahogarse, liberar la mierda kármica para soltar algo de lastre? ¿No es sano cagarse de vez en cuando en 'to lo que se menea' o, incluso, en la madre que parió a todo lo que se menea?
Seguiré escribiendo con lógica, seguiré una estructura coherente, un perfecto desarrollo de ideas. Seré profesional. Es lo que procede, según parece. Y no seré del todo yo: María. Seré la aspirante a periodista, la escritora de prosa, la cuerda, la cabal... Pero ¿no es cabal sentir, desahogarse, liberar la mierda kármica para soltar algo de lastre? ¿No es sano cagarse de vez en cuando en 'to lo que se menea' o, incluso, en la madre que parió a todo lo que se menea?
Realmente creo que sí, que lo es, que es algo sano y recomendable. Pero, supongo, que éste no es el lugar. Tampoco el momento, imagino. Pero me quedo con unas ganas... Tantas ganas que HOY, POR QUE SÍ, CON O SIN RAZÓN REIVINDICO MI DERECHO Y:
ME CAGO EN TO LO QUE SE MENEA... (He dicho) Pero sin acritud, por salud.
viernes, 6 de junio de 2014
PEQUEÑO
Así dicen que es el Mundo, pequeño. Pero, pese a ser pequeño, pasan tantas cosas en él. Revisemos nuestro entorno, el más cercano, ese ámbito al que yo llamo microcosmos. Ese pequeño micromundo que, en realidad, es el más grande porque en él tienen lugar las vivencias más importantes para cada uno de nosotros.
En nuestros microcosmos lloramos y reímos con el alma. Sé que me ha quedado cursi y manoseado, por lo tópico de la expresión. Pero de qué otra forma podría decir que lo que nos duele de verdad, lo que nos mueve las entrañas, los entresijos del sentir, que dirían lo flamencos, son esas pequeñas grandes cosas que nos rodean. Nuestras pequeñas tristezas y alegrías cotidianas... nuestros aparentemente insignificantes problemas, nuestras neuras, nuestros miedos, nuestros seres queridos ( y odiados).
El Mundo se mueve, ese macrocosmos que nos rodea: los Reyes abdican, los gobernantes siguen viviendo en su burbuja de ignorancia e indiferencia hacia los problemas reales de la gente de a pie... El macrocosmos se mueve, pero se mueve a nuestro alrededor, nos marea, nos putea... nos ignora, en definitiva. Pero donde realmente importamos, donde realmente somos alguien: Juan, Ana, María, Carlos, Laura, Andrés... es en nuestro pequeño paraíso, en nuestro pequeño infierno... ese del que, a veces, queremos huir...
¡Qué poco importa si el Madrid gana o pierde la décima! ¡Qué poco importa si la esposa del Príncipe se somente a su enésima operación estética, a costa de nuestros bolsillos, de nuestros impuestos, de nuestro sudor! ¡Qué poco importa el mundo de fuera, cuando nuestro microcosmos está al borde del caos, haciendo juegos de equilibrio en la inestable cuerda de la vida! La vida real, la única que duele de verdad...
lunes, 24 de marzo de 2014
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