Tengo que confesar que la versión de Contador respecto a cuáles fueron las circunstancias que pudieron dar lugar a su 'ínfimo' positivo, en uno de los controles anti-dopping del Tour, me parece bastante verosímil, creíble ¡vaya!. Pero, precisamente aquí es dónde entra en juego mi capacidad de sorpresa, mi estupor, para simplificar.
Seguramente es cierto que él no se ha dopado ni consciente ni, de alguna manera, tampoco inconscientemente, ya que asegura no haber tomado medicamentos u otras sustancias sospechosas, ni haberse hecho transfusiones sanguíneas o llevado a cabo cualquier práctica ilegal, a fin de potenciar arteramente su capacidad deportiva. Pero creo, igualmente, que el simple hecho de ingerir una carne (en este caso de vacuno) sin saber de dónde viene, cómo ha sido alimentada-engordada, dónde se ha comprado... En definitiva, una carne no sometida a los estrictos controles a que debe someterse la alimentación de un deportista de élite es, como mínimo, una irresponsabildad imperdonable. Más aún, teniendo en cuenta la inquisitorial persecución a la que se han visto avocados los ciclistas profesionales, en los últimos años, como consecuencia, precisamente, de una extendida y continuada práctica de dopaje, en muchos équipos de primera línea.
Repito que me creo la versión que ha dado Contador. Es muy creíble, dadas las circunstancias explicadas, y atendiendo a la mínima cantidad de clembuterol aparecida en su sangre, y a los pocos análisis en que fue detectado. Tengo la sensación de que las autoridades responsables de estos temas también consideran bastante fiable esa explicación. Lo que no sé es cómo influirá este hecho a la hora de establecer una posible sanción, ya que se habla, desde hace tiempo, de una persecución obsesiva de los organizadores del Tour, hacia los corredores españoles. Algunos llegan a hablar de 'quema de brujas'. No sé hasta qué punto ésto será cierto, pero de lo que sí estoy segura es de que los ciclistas de 'buena fe' y los equipos serios, los que quieren ganar con su esfuerzo y no con prácticas prohibidas deben ser mucho más cuidadosos en relación con estos temas, porque una pequeña negligencia, un pequeño acto de irresponsabilidad como éste puede traer consecuencias muy graves, como hemos visto en el caso de Contador.
Un poquito de seriedad, señores, y conformense con la carne que les dan, aunque no sea la más exquisita del mundo, ya que sólo así pueden tener garantías de estar comiendo alimentos 'limpios', sin sustancias prohibidas a los profesionales del deporte.
Puedo comprender que pasar tantos días ingiriendo alimentos poco sabrosos y apetecibles puede llegar a ser frustrante para cualquier persona, pero no olviden que la vida del deportista se caracteriza, precisamente, por estar sometida a rigurosas dietas y sacrificios que, se supone, son compensados con el logro de las metas que se han propuesto alcanzar. Todo tiene un precio, y el precio de 'hacerse rico y famoso' a base de pedaleos, a veces, pasa por comer ternera insípida para poder apreciar, después, el dulce sabor de la victoria limpia. Un postre muy apetecible, ¿no creen?.
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