Por alguna extraña jugarreta del destino, desde que era muy pequeña, tuve bastante claro que quería estudiar Derecho. En ocasiones me lo planteaba como mi vocación esencial, en otras como un hobbie, complementario de otro tipo de formación. La realidad fue que, en el momento de decidir en qué carrera me matriculaba, como primera opción decidí, de forma totalmente libre, que sería en Derecho.
No estoy muy segura de si me arrepiento o no de esa decisión, lo que sí tengo muy claro es que una vez finalizado el primer ciclo de dicha carrera, me di cuenta de que mi vida no estaba encaminada hacia donde yo quería ir; pero me dejé llevar por la inercia y creo que, también, por eso que llaman "sentido común", así que no di carpetazo a esa etapa de mi vida, para iniciar un camino que me resultase más satisfactorio.
Hoy, de lo que sí me arrepiento es de no haber seguido a mi instinto en aquel momento. Pero lo he pagado muy caro. Han sido muchas las insatisfacciones que me ha producido esa decisión.
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