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jueves, 13 de septiembre de 2012

'CASO BRETÓN'

Me faltan las palabras. Es raro en mí, lo sé. Casi nunca me quedo sin argumentos, casi nunca me quedo callada, casi siempre encuentro algo que decir, al menos cuando 'toca' hablar (o escribir), porque mis ratos de silencio, introspección y casi taciturnidad también los tengo, no crean. Hay momentos para todo.

Sin embargo, una vez más, la realidad se pone del lado de la más absoluta de las irracionalidades y, de repente, tengo que hacer tal esfuerzo 'metabolizador' de los hechos que me cuentan, que me encuentro intelectual y moralmente desubicada. Hablando en plata: 'hay cosas que NO ME CABEN EN LA CABEZA'.

Desde el primer momento, el caso Bretón levantó todas mis sospechas y me generó múltiples dudas. Había algo que fallaba en las declaraciones de José Bretón en relación con la desaparición de sus hijos. Dos niños, uno de 6 y otro de 2 años, en un parque público ¿sin la vigilancia cercana de su padre? Inverosímil. Pero lo menos convincente era que los dos desaparecidos fuesen hermanos. Demasiada casualidad, teniendo en cuenta que por la diferencia de edad entre ellos era poco probable que estuviesen jugando juntos.

Partamos de la conviccion de que el padre se hubiese despistado un poco y los hubiese perdido de vista. Me podría parecer razonable que la niña, al ser algo mayor, se hubiese ido a jugar con niños de su edad y se hubiese alejado de los adultos. Circunstancia que podría haber sido aprovechada por algún desaprensivo que estuviese 'al acecho'. Estaríamos ante un caso más de secuestro de niños pero, teniendo en cuenta que el parque estaba lleno de padres e hijos y que era en pleno día, no parece  muy fácil que nadie hubiese visto ningún movimiento sospechoso o hubiesen escuchado algún grito, observado algún pataleo...  En cambio, el caso del niño de 2 años es más difícil de encajar en esta posibilidad. Ya sé que, en caso de despiste del padre, cualquier secuestrador encontraría en un niño tan pequeño una víctima más fácil, pero la cuestión es que a nadie que esté en sus cabales se le ocurriría dejar a un bebé sin vigilancia, no digo sólo en un parque público sino, ni siquiera, en su propia casa... Por tanto, la hipótesis cojeaba de los dos pies, desde el primer momento, y la 'coartada' de la desaparición simultánea de los dos menores no debió convencer a nadie. Empezando por los propios cuerpos de seguridad.

Por ello cuando, pocas horas después,  se habló de la existencia de una hoguera en la finca de 'Las Quemadillas' en la que se habían hallado huesos calcinados, yo imploré porque éstos no perteneciesen a los niños. Como ser humano me era imposible aceptar esa teoría como cierta, me resultaba demasiado cruel, macabro... Inverosímil para cualquiera con un poquito de sensibilidad. Respiré hondo cuando 'se confirmó' que eran restos animales.

A partir de ahí, me planteé mil hipótesis, hice cientos de elucubraciones pero, he de confesar, que siempre tuve la convicción, el deseo (más bien) de que los niños estuvieran vivos. El simple hecho de que el padre hubiera apartado a los niños de todos sus seres queridos (con la ,ya de por sí, vil intención de hacer daño a la madre y demás familiares), me parecia tan ruín y maquiavélico que  quise confiar en que éstos, al menos, estarían vivos y bien cuidados.

A día de hoy, toda mi esperanza, todas nuestras esperanzas se han hecho añicos.  Imagino que la sociedad estaba preparada para recibir la noticia de que los niños habían aparecido muertos... pero hay ciertos grados de maldad para la que nadie está preparado. ¿Un padre...? ¿Calcinados...? Me cuesta tanto hacerme a la idea de que ésto sea cierto que, como decia al principio del articulo, NO TENGO PALABRAS, no sé qué decir, ni siquiera sé que pensar...

¿Tan cruel puede ser el ser humano? ¿Es posible que no estemos ante un caso de locura sino de maldad pura y dura? No lo sé... Soy incapaz de asimilarlo... Me resulta tan difícil entender este caso... , me cuesta tanto creer que todo ésto no sea más que una pesadilla, un mal guión ideado por un escritor de cine de terror con un peculiar y macabro sentido 'del humor'...

No puedo ponerme en el lugar de esa madre porque imagino lo infinitamente profundo que debe estar siendo su dolor. Creo que es muy difícil que te pueda suceder algo más duro, más injusto, más cruel... No tengo palabras, en serio. Es uno de esos casos en que no encuentro ningún resquicio de justificación posible para el 'presunto' asesino..., es uno de esos casos en que no creo que haya lugar para el perdón, ni para la piedad hacia un ser tan vil como éste (presuntamente  vil, que irónica suena esta palabra, a veces).

Es cierto que hay que esperar a la sentencia y que hay unas leyes que protegen a este tipo de sujetos. Sin embargo, hay ocasiones en que la presunción de inocencia se torna, más que nunca, en un mero formalismo legal, una ironia, una falacia, una mentira. Hay casos en que los hechos están bastante claros, por lo que el Estado de Derecho  debe aplicar sus medios coercitivos de la forma más dura posible, sin dejar el más mínimo resquicio al perdón, sea moral o legal. Y, en mi opinión, yendo en contra de mi habitual línea ideológica, creo que ésta es una de esas ocasiones. Porque si ni siquera encuentro palabras con que expresar lo terrible que me parecen estos hechos, ¿cómo voy a tener capacidad de comprensión, tolerancia y perdón hacia tales hechos incalificables y su presunto autor? Esta vez no.

Hoy no estoy aquí para invocar a los medios más garantistas del Sistema, sino para reivindicar ante los miembros de la Administración de Justicia que echen mano de los mecanismos más humanos que el  Poder Judicial les permite utilizar en su actividad juzgadora. Hoy les pido que se pongan en el lugar de esa madre y que hagan JUSTICIA, Justicia real, Justicia con mayúsculas.

Nadie va a devoverle a sus hijos, eso es cierto. Pero si se demuestra que este individuo no es más que un maldito asesino, debe pagar por su delito con la máxima pena posible, sin redención. Un ser de esta calaña debe estar alejado de la sociedad para siempre. Alguien que es capaz de hacer ésto, ¿de qué otras cosas no sería capaz...? No  transijo, al contrario, abogo porque se le aplique la más gravosa consecuencia jurídica que sea posible, porque no creo que una persona así pueda merecer que alguien se apiade de él. No tengo tanta capacidad de comprensión, no puedo encontrar la más mínima posibilidad de justificar actos de este tipo. Si se demuestra que es culpable, y todo apunta a que así será, no me gustaría tener que cruzarme por la calle con un individuo así... Esta vez NO.

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